lunes, 1 de diciembre de 2008

Suerte para dos



Esta es la noche más triste, porque me marcho y no volveré. Mañana por la mañana, cuando la mujer con la que he convivido durante seis años se haya ido a trabajar en su bicicleta (…), meteré unas cuantas cosas en el bolso, saldré discretamente de casa, esperando que nadie me vea, y tomaré el tren para ir al departamento de Víctor.
Quizás no sea lógico pensar de esta manera y no es lo que haría el común denominador de la gente, seguramente otro en mi lugar trataría de hablar y reparar la situación pero lo hecho, hecho está y no tengo vuelta atrás. Quien podría decirlo. Una persona de clase media baja, con sus años encima (cincuenta años no es poco) y una familia formada. Pese a convivir hace solo seis años ya llevamos 15 de conocernos, toda una vida juntos…
Sería la noche perfecta. Como de costumbre ella prepararía la cena, yo llevaría la botella de vino, después de unos roces juguetones nos trasladaríamos a la habitación donde le haría por última vez el amor. Esa sería la noche más triste de mi vida. Al amanecer luego de su partida al trabajo guardaría en el bolso toda mi ira y rencor y partiría hacia el encuentro de Víctor donde descargaría toda mi locura y me iría para no volver más.
Ya lo dice el refrán “nada dura para siempre”, y así es. La mujer que me juró amor eterno confundió el significado de la palabra eterno. Le entregué mi vida, con ella compartí tristezas, emociones... Ya hace un tiempo que lo sé. Pero no me gustan los escándalos así que esperé. ¿Qué esperé? O ¿Porqué esperé? Quizás sea muy cínico: estuve meditando y pensando cómo sería la venganza. Pero ahora, sentado en el tren, me doy cuenta de que no he pensado bien las cosas. Mi amor por ella es más grande que el odio que siento. Talvez no sea lógico, pero no puedo matar a la persona que hace feliz a la mujer de mi vida. Ya he pasado la estación donde tenía que bajar y aún sigo temblando por el cambio de planes repentino. Sí, creo que es lo mejor que puedo hacer… Ojalá sea feliz…


6 comentarios:

Darson Joyce dijo...

Muy bueno! Muy triste también, pero la decisión final creo que fue muy acertada. Aunque duela, el egoismo hay que dejarlo de lado.
"Se conoce la verdadera felicidad cuando uno conoce el amor. Pero se conoce al verdadero dolor cuando se lo pierde."

Matias

Quetzal dijo...

Me gustó!!
y será un honor que sigas mi blog...
besos

Geraldine, dijo...

como cuesta terminar las historias del corazon...escribes bárbaro...beso y hasta prontito!!

Fran dijo...

Simplemente, me encantó.
Hacia mucho tiempo que no tenia esa sensacion, de sentir mi pecho apretado por las imagenes que ingresan a mi mente mientras imagino lo que leo.
Eso me pasó con tu relato.. Sinceramente excelente..
Te lo estas imaginando en cada momento.. en el tren, mientras hace su maleta, cuando su amor se va a trabajar, etc.
Gastón, tu haces que los relatos mas simples.. sean sencillamente increibles.
Saludos
F.-

Anónimo dijo...

Muy bueno lo que escirbís, me encanta! Saludos!

Anuk dijo...

Veo que mi cuento te ha servido de inspiración. Me alegra que así sea pues significa que te ha llegado. Me apena que al modifiques y comaprtas como si fuese tuya...pero en fin... Prefiero pensar que en vez de plagio se trata de una recreación de la palabra. Saludos