jueves, 1 de mayo de 2008

La feria y la gente


Primero quiero aclarar que no soy amante de la Feria del Libro. Quizás sea por eso que no guardo mayores recuerdos. Me molesta la gran cantidad de gente y el ruido en demasía que genera la acumulación de personas en un lugar así.
De chico mis viejos me llevaron un par de veces. Por un tiempo largo dejé de ir y hace unos años volví a visitarla. Era viernes a la tarde, cuando llegué del trabajo pasé a buscar a la persona que me iba a acompañar. Juntos fuimos a la parada del 41, con recorrido Carapachay-Boedo. El colectivo era una lata de sardinas. En el interior se apiñaban como podían los pasajeros, los olores se mezclaban con los ruidos de los celulares y el bochinche que venía de la calle, el viaje se hizo bastante largo y tedioso, pero al fin llegamos.
Ya en el predio de la Rural el conglomerado de gente hacía difícil el tránsito por la exposición. Pararse a ver un libro en algún puesto era una odisea, uno era arrastrado por mareas de gente de un stand a otro y en ninguno se podía ver nada, sólo íbamos a donde el malón nos llevaba. De repente, como por azar aparecía algún puesto vacío, una suerte de oasis en el desierto. Al acercarme descubrí que lo que allí ofrecían eran libros del tipo “Hágalo usted mismo” los títulos iban de “cómo fabricar un placard” a “Teoría y práctica del origami”, una empresa muy noble pero que no debe tener muchos adeptos en nuestras pampas. Seguimos el recorrido, o la gente nos lo hizo seguir, hasta que mis pies dijeron basta. Ese día me había puesto un par de zapatillas nuevas -un error- que me provocaron unas ampollas bastantes dolorosas. Es como cuando uno va en procesión a Lujan, le dicen que no use calzado nuevo, que se ponga cosas cómodas y otras recomendaciones que no vienen al caso. Por eso, si va a la Feria del Libro lleve calzado cómodo.
Hay otra cosa que no entiendo de la feria, porqué la gente hace colas eternas para que les firmen los libros. Había una cola, muy larga, que era para que Narda Lepes te firme su último libro de cocina. Ciertas personas estaban ahí desde hacía ¡40 minutos! Vamos, es sólo Narda, ¿qué fue lo que hizo? ¿Si se encuentran a alguna celebridad en serio se pasan todo el día para ver si consiguen su autógrafo?
Por eso, cuando quiero un libro voy a alguna librería de la calle Corrientes o al Parque Rivadavia. A mi entender ahí está la verdadera Feria del Libro.


Foto:Gustavo Jononovich

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